miércoles, 29 de mayo de 2013

VENGANZA

                                         VENGANZA





No pude hacer pié y caí.
Debo explicar muy bien esta frase para que se entienda sin sombra de duda, por qué y qué significa realmente puesto que son múltiples, casi infinitas, las situaciones que pudieron darle origen y sentido, y sólo me interesan las que me pertenecen y que me obligaron a pronunciarlas o tal vez simplemente a pensarlas, sin emitirlas en voz alta, o mascullarlas en voz baja y apretada.
Y además averiguar qué relación guardan – si la guardan – con el título que las antecede y que no parece relacionarse con ellas de ninguna manera.. Es inahabitual para mí comenzar algo de esta forma tan verborrágica y confusa, y en esta situación extrema mi embarazo contribuye a oscurecer mis argumentaciones, aun antes de haberlas pronunciado.  No veo  cómo salir de semejante atolladero – más parecido a un campo de arenas movedizas que al principio de un escrito que se titula con gran expectación Venganza – aunque no es seguro que ése sea un título – no veo otra forma más que desechar lo que antecede y comenzar de cero otra vez – lo que, entiendo ahora, guarda un gran parecido con la propia vida, ya que continuadamente estamos comenzando de nuevo, sin entender lo que pasó antes, sin saber muy bien cómo se ha llegado hasta allí, ni lo que – eventualmente – signifique o vaya a significar el hecho o la decisión de empezar de cero otra vez.
Empezar de cero no es tampoco una consigna muy aceptable o deseable, pues cómo sería posible volver a cero, si es que alguna vez pudimos serlo, lo que no es seguro, para recomenzar sin conservar algo de lo anterior, sin vestigios de un tiempo que indudablemente fue anterior a éste, en el que intentamos recomenzar. En sí mismo el        re-comenzar  ya está postulando algo anterior, que no es nada pues es, no es cero y no se puede hacer pié en eso para comenzar de cero.
¿Cómo decía yo?  No pude hacer pié y caí.
Evidentemente es una descripción rápida de una situación incómoda.
¿Cómo llegué hasta allí?
¿a no hacer pié?
¿resbalando por el borde del fangal?
¿queriendo dar un salto y superar el momento insoportable?
Además y al parecer, la cosa había pasado ya, el tiempo del verbo anunciaba que la caída se había producido, entonces ¿dónde estaba yo ahora, después de la caída?  ¿en el fondo de un pozo?  ¿en la cuneta de una calle?  ¿en una tumba sin nombre?  ¿qué significaba en realidad  ahora, esto de haber caído?  ¿y la venganza?  ¿cuál era su papel en este abanico de incertezas?  ¿una venganza dudosa?  ¿o un tiempo de dudas y de titubeos?  ¿titubeos funestos, pues no se puede dudar en el fondo de un pozo o en una tumba sin nombre?  Otra, la venganza supone ira, enojo, deseos de devolver golpe por golpe, pero ¿cuáles golpes?  ¿a quién?
Caí
¿Caí?  ¿habré caído cuando creí caer?
¿La caída será mi magdalena con su taza de tilo?
Para eso debería la caída remitirme a algo anterior, cosa que por ahora no sucede. Caídas anteriores hubo, sin duda.  Recuerdo una de las primeras jugando a la rana, al saltar yo Arturo dio un paso al costado y como no tuve su espalda como apoyo me fui de cabeza al adoquinado de la calle Cochabamba.  Un corte de tres puntos en el entrecejo, una cicatriz que turbó mi preadolescencia, un karma tan estúpido visto desde el presente, como implacable para entonces.  ¿Arturo? Bien, gracias.  ¿Venganza? Un poco tarde y desproporcionado para festejos.
¡Otras caídas?  Hubo, hubo, tal vez no tan físicas, pero las hubo y todas, a su manera y en su momento, dolieron.  Pero nada que ver con venganzas.  Todas las caídas fueron por mi propia culpa, casi no es necesario aclararlo.  Todas las caídas refieren al mismo tipo que cae.  Por acción o por omisión.
Volvamos al principio:  ¿cómo era?
No pude hacer pié, y caí.
Triste historia, una imagen deplorable, un tipo más o menos viejo, trastabillando y finalmente cayendo. Los espectadores están tentados a decir:
- Y... se veía que iba a caer.
- Era de dios que caería.
- Estuvo a punto de equilibrarse pero al final, cayó nomás
- Yo no sé qué pasa con esta gente, si no tiene equilibrio, para qué sale de su casa.  Y para peor sin compañía.
- Usted vio que al final se cayó. Si, se cayó, cuan largo era. O corto, según se mire.
Ahora con tantos testigos y opiniones, cómo se explica que no sepamos por qué y dónde, y qué pasó después.
Sabemos que no se puede confiar en testigos, cada uno ve algo distinto. Pero, el propio interesado, yo mismo, saber menos que ellos es trágico, imperdonable, y encima el asunto de la venganza para complicarlo todo.  No, es tragicómico, casi no lo soporto.
Volvamos a las fuentes,.  Caer viene del latín cadre, del que se deriva, caduco.  O sea, cae lo que está caduco, finiquitado, algo perecedero que perece, que se convertirá en nada, en cero, muy pronto.  Y venganza viene también del latín, vindicare, reclamar, librar, vindicar, tomar revancha, de lo que deriva devengar: reclamo lo que me deben. O sea que para que haya venganza debe existir una deuda previa, que uno, el perjudicado, reivindica y finalmente cobra.  Cobra o cae.
Y es lo que casi siempre ocurre y lo que cobra es el porrazo que se da al caer.  ¿Sería éste el caso?
A esta altura a mí me resulta fascinante la frase anterior que parece aclararlo todo y sin embargo no aclara nada.  No tengo la menor idea ni un mínimo recuerdo de que se me debiera nada y estuviera a punto de cobrar cuando caí.
Simplemente perdí el pié y caí.
Hay cierta lógica en decir “no pude hacer pié y caí”  o  “perdí el pié y caí”.  Porque si no lo pude hacer (al pié) lo perdía antes de haberlo hecho.  Pero todas son frases: miro hacia el piso y mis dos pies están allí, inmóviles, desentendidos, como si no tuvieran nada que ver, no sólo con estas palabras, sino conmigo que estoy unido a ellas a través de las piernas, que también están inmóviles y silenciosas, como si nada de todo esto tuviera que ver con alguna de ellas dos, o con sus extremidades, los pies, unidos a ellas irremisiblemente, enfundados en unas zapatillas de lona blanca que contribuyen a su anonimato.
Debería dejar esto para otro momento, algo más luminoso que el presente, ya que no hago más que dar círculos alrededor de lo mismo, sin ningún avance.  Es interesante eso de dar círculos – sin mover los pies – dar un círculo tras otro y estar en el mismo lugar aunque esta enunciación es muy engañosa, porque no se está en el mismo lugar aunque parezca estarlo, puesto que el tiempo está pasando giro tras giro y ya se sabe – Heráclito y todo eso del río mediante – que no se baja dos veces al mismo río; ni el río es el mismo ni nosotros lo somos, por más que los círculos sean todo lo viciosos que uno  quiera.. Justamente es un vicio de la imaginación esto de dar círculos y creer al mismo tiempo que uno no se mueve del lugar.  Es un vicio de la imaginación creer que uno cae, o cayó, o está cayendo permanentemente sin llegar a ningún fondo, sin terminar en ninguna tumba sin nombre; uno, en realidad, cae – si cae – y llega a algún lugar dónde se estampa contra algo, lo quiera o no, y ahí, ahí, termina la caída.  Y finalmente - si la caída no terminó con uno – uno se incorpora y empieza a salir de donde cayó: para los costados o para arriba o hacia algún lugar menos inhóspito y menos solitario. Y eso, definitivamente, es tener suerte.  Incorporarse y salir.  Salir al encuentro.  Y encontrar a alguien.  Es mucha suerte, muchísima. ¡Encontrar a alguien! Es casi impensable tener tanta suerte.

In memoriam  Susana Silvestre.




PD. Quien terminó sus días arrojándose por una ventana a causa de la ira incontrolable derivada de un cáncer de pulmón provocado por su afición a fumar.

viernes, 24 de mayo de 2013

 LETRAS   DE  TANGO
                                                                                                                   LETRAS  DE  TANGO

Inauguramos esta nueva sección, dedicada sobre todo a amigos de otras latitudes, tal vez no tan en contacto con esta poesía ciudadana de Buenos Aires, como así también a los porteños o bonaerenses muy jóvenes que la ven como expresión de un tiempo que no es el de ellos.
En mi juventud, en el barrio de San Cristóbal, de esa ciudad, hace tanto tiempo que no quiero recordar, en cada cuadra había un conventillo lleno de frustrados metafísicos que daban salida a sus angustias a través de una letra de tango, en la que convertías sus diarias penurias en versos melodiosos y no tanto, que algún amigo guitarrero o pianista  ponía música canyengue e inolvidable. Así nacieron muchas de estas verdaderas poesías que iremos mostrando en adelante.


¡CHE PAUSA, OÍ!...

                                                Che pausa, oí
                                                Los acordes melodiosos que modula el
                                                                          bandoneón;
                                                Che papusa, oí
                                                Los latidos angustiosos de tu pobre corazón;
                                                Che papusa, oí
                                                Cómo surgen de este tango los pasajes de
                                                                          tu ayer...
                                                Si entre el lujo del ambiente
                                                hoy te arrastra la corriente, 
                                                mañana te quiero ver...

                                                Milonguerita linda, papusa y breva,
                                                con ojos picarescos de pippermint,
                                                de parla afranchutada, pinta maleva
                                                y boca pecadora color carmín
                                                engrupen tus alhajas en la milonga
                                                con regio faroleo brillanteril
                                                y al bailar esos tangos de meta y ponga
                                                volvés otario al vivo y al reo gil.
                                                                                                              Enrique Cadícamo


                                                               LA  CASITA  DE  MIS  VIEJOS

                                                 Barrio tranquilo de mi ayer,
                                                 como un triste atardecer,
                                                 a tu esquina vueLvo viejo...
                                                 Vuelvo más viejo,
                                                 la vida me ha cambiado...
                                                 en mi cabeza un poco de plata me ha 
                                                                     dejado.
                                                 Yo fui viajero del dolor
                                                 y en mi andar de soñador
                                                 comprendí mi mal de vida,
                                                 y cada beso lo borré con una copa,
                                                 en un juego de ilusión repartí mi corazón.

                                                 Vuelvo vencido a la casita de mis viejos,
                                                 cada cosa es un recuerdo que se agita en mi
                                                                     memoria,
                                                 mis veinte abriles me llevaron lejos,
                                                 locuras juveniles, la falta de consejos,
                                                 hay en la casa un hondo y cruel silencio
                                                                     huraño
                                                 y al golpear, como un extraño, 
                                                 me recibe el viejo criado...
                                                 Habré cambiado totalmente, que el anciano
                                                                     por la voz
                                                 tan sólo me reconoció...

                                                                                                            Enrique Cadícamo



                                                          LA ÚLTIMA  CURDA

                                                  Lastima, bandoneón,
                                                  mi corazón, 
                                                  tu ronca maldición maleva...
                                                  Tu lágrima de ron
                                                  me lleva
                                                  hasta el hondo bajo fondo
                                                  donde el barro se subleva.
                                                  ¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
                                                  La vida es una herida absurda,
                                                  y es todo tan fugaz
                                                  que es una curda, ¡nada más!
                                                  mi confesión


                                                 Contame tu condena,

                                                 decime tu fracaso,
                                                 ¿no ves la pena
                                                 que me ha herido?
                                                 Y hablame simplemente
                                                 de aquel amor ausente
                                                 tras un retazo del olvido.
                                                 ¡Ya sé que te lastimo!
                                                 ¡Ya sé que te hago daño
                                                 llorando mi sermón de vino!


                                                 Pero es el viejo amor

                                                 que tiembla, bandoneón,
                                                 y busca en el licor que aturde,
                                                 la curda que al final
                                                 termine la función
                                                 corriéndole un telón al corazón-
                                                 Un poco de recuerdo y sinsabor
                                                 gotea tu rezongo lerdo.
                                                 Marea tu licor y arrea
                                                 la tropilla de la zurda
                                                 al volcar la última curda.
                                                 Cerrame el ventanal
                                                 que quema el sol
                                                 su lento caracol de sueño,
                                                 ¿no ves que vengo de un país
                                                 que está de olvido, siempre gris,
                                                 tras el alcohol? 
                                                                                                             CÁTULO CASTILLO                                             
                                              
        


EMPEZAR  DE  CERO






                                       EMPEZAR  DE  CERO




Empezar otra vez de cero, como una petición de principio, un acto dialéctico primitivo y fundante, el olvido inmisericorde de un pasado al que no se le confía ni la melancolía ni la nostalgia contingentes y absurdas, ni un pequeño fragmento de ternura por lo vivido y sufrido.  Empezar otra vez de cero, ser un punto inicial en una teoría otra de los números, primeras páginas de una matemática de la duración, una utópica pero muy real desgrabación del disquete del tiempo, siempre en dirección al frente, a lo porvenir, a la incógnita pueril, a la esfinge sin secreto, a la repetición ab infinitum, porque sí, porque es necesario para no dejar nada vacío, porque hay que ser una especie de demostración de un teorema cuya hipótesis nadie hasta ahora se ha atrevido a formular.
¿Y después? Y después, miles de orgasmos después, se desea empezar otra vez de cero, claramente ambiguo, claramente anacrónico, mortuorio.  Empezar virgen otra vez la danza de la conquista, la rutina aún desconocida de la búsqueda, el ritual de la cacería, desde cero, desde el principio, un Dorian Gray tosco pero joven, siempre joven, cada vez un poco más joven, sin contrapartida pictórica, sin inconsciente, sin momento de la verdad.
Empezar otra vez de cero.
Sí.
Todos los días, todas las horas.
Empezar.

Otra vez.

lunes, 6 de mayo de 2013

                        AIRE   AUSENTE





          POEMAS BREVES, EPIGRAMAS O PROSA ENTRECORTADA                       




dolientes doncellas
amanece
             contra sus ancas de nácar
y espuma


                                                              
                                                             *




hay un solo deseo
en la multitud de la
vida
¿hay un solo deseo?

la pregunta no es para
ser respondida

todos corren sin que
aparezca
dirección ni concierto
todos corren
despeinados
despavoridos
alucinan
incoherencias
como nadie usa casco
en el pavimento
se desnucan
sin descanso



                 *




serpientes navegando por el agua
pensamientos
                     otra vez
ocaso de la dicha

abalorios


                 *



            trabajo



acumular virutas
hasta no vernos
más
los pies



                   *




¿qué palabra
                    entre la jerarquía
                                              de los combatientes
tendrá la vos
                    esperada en el filo
                                                de las armas?
¿qué voz
              desde la arrogancia
                                            de la muerte
tropezará
              las palabras
                                de dolor y de agonía?
y tu garganta
                    entonces
                                  ¿se unirá
                                                a los que huyen
o volverás
                en el arco de un gemido
                                                     a la súplica
                                                       imposible
                                                de tu hermano?
¿soportarán tus rodillas
                                    el esfuerzo
                                                    de ser hombre?
¿a tus espaldas
                       siempre vivo
                                            arrastrando?
como golondrinas de sombra
como escuerzos
                         mercaderes de tinieblas
                                               en el templo
como lúdicas pasiones
en el medio de otra noche
por las manos ampolladas
victoreando cosas huecas
¿tú vendrás?




                           *



desolación
paisaje conocido del sol
que retoma su sendero de condena

prometeo de sombra
cantan los grillos la acequias silenciosas
una brizna de hierba
                                    inventa su verde 
hasta la locura



                         *




                                      pensar que hubo un cielo
                                      un gorrión una paloma
                                      un arco iris de colores
                                      pensar
                                      que se ha perdido
                                      pensar
                                      que ya no hay tiempo



                                                             *



alta noche fue la estirpe del dragón
no vencido ni existente
estuviste preparado en el combato
las armas oxidadas sin quebranto
la garganta seca en todo grito
y el silencio
de la muerte en la victoria



                           *



breve
mortal
ausentándose
tu voz
turbios pájaros de sombra



                           *


voracidad del tiempo
asesina pétalos
y es inocente



                             *



MUERTE DEL DRAGON


he visto en todos los itinerarios de la noche
el azar eterno que recomienza

el dragón es un fenix transparente
engaña
engaña a los incautos

con sus muertes de niebla y papel pintado
la máscara sin sangre resucita la comedia

preludio las escaleras de la oscuridad

una lágrima deserta
el tiempo gastado


                         *


           ESTERILIDAD

hay llamas sin encender
crepúsculos luminosos
de días que no han nacido
racimos de niebla
acariciando paredes
no construidas
hormigas en los jardines
de los desiertos
hacia el poniente


así
vuelve el que no ha partido
con nuevas sin suceder
labios de otras sonrisas
lloran en despedidas
prolongan eternamente
el instante desperdiciado



                         *



compréndeme
                     es indudable que tu amor
                                                   existe
pero las tardes de niebla
ausentan todo latido
hacia los rincones
                             absurdos
donde la soledad
                           esa eterna enemistada             
es mi sola
                   compañera



                            *


mal mal mal
mal mal mal
oh señor del mal
por qué he de servirte sin recompensa



                           *


me gusta tu mano en mi mano
para callar los ascensores
me gusta tu mano
aún en las escaleras
y en los sótanos
tu mano
            me es
                     indispensable



                         *

                 (a F.G.L.)

no hay paredes

cuatro fusileros y un picaporte
abren la rueda
de una azucena

el tiempo fue disparado
a la hora justa



                           *



tú que viste nacer esa flor
anónima
podrás decirme sin mirar atrás
cuándo fue que no estaba
 temblando como ahora en el viento
de abril



                           *



hay una propiedad de los objetos
que llena su necesidad de ser y los acucia
y es
según toda apariencia
su natural vocación
de amontonarse

el polvo los absuelve



                      *



la palabra escrita
encuentra facilidades
                                 para el sueño
que provienen
                      probablemente
de la propiedad
                        evanescente
de la tinta



                  *


¿y la estrella?
¿espera a la luna para suicidarse
con cuchillo de plata
o simplemente la odia
con frialdad mortal
en su indiferencia blanca?

no
la estrella no sabe nada de la luna
ni de nosotros
absortos bajo su luz
indiferente
  con las manos juntas
no sabe
nada

nada



                    *




producto de pájaros ausentes
en el aire diáfano
trazadas
como facilidades de aire
se entrecruzan
u anonadan

líneas de exacta procedencia
o silencios



                    *



lo sabías
esa imposible certeza abruma
tu pellejo

lo sabías

los álamos susurran sin embargo
y sus raíces se entremezclan en la hierba



                        *



los huecos de la tarde se anudan     
                                       con los recuerdos del sol
parece que presagiaran la lluvia
                                       con gestos maquinales de amantes                        
                                                                               aburridos

y sabés
           yo te espero en esas tardes
para abrir la lluvia y el dolor de la tormenta
a la certeza inconfundible de la luz

las flores se abren en las noches calladas
y asumen la simplicidad gratuita de la sombra

los gatos expectantes cierran sus ojos amarillos
deslumbrados por el color naciente



                             *



                 CICATRICES


guardo en mi cuerpo las marcas que surcaste
en las tardes oscuras de los encuentros
huellas de los caminos arduos que inventamos
juntos
doble ánimo ligado sobre el sarcasmo ajeno
pesadilla tenue de escaleras y luces rojas
deudas impagas vasos de vino no escanciado
en la piel leve escozor
caricias
erosión del viento en los desiertos del hastío
arena movediza
sequedad de los músculos
ardiente soledad
arrinconada por tus brazos amigos


alguna cicatriz quedará en el tiempo
para la memoria inútil
para el desvelo
para comprender finalmente
que te fuiste



                      *



bruma
          es puerto
                        no alcanzado
y la sirena
               llama
                       a las gaviotas del faro
un arrecife
                escondido
                                espuma
                                            el silencio
hasta
         el naufragio

el amor
            se durmió
                            tierra adentro


                     *



gris es la sustancia
del infierno
y grises también los
gorriones
que son pájaros sin alegría

ahondá tu mano en el tiempo
al fin vas a inventar
                              el color
cuando podés encontrar a los otros
comprendés la importancia del
vino
que fermenta en la oscuridad
de la madera
para que su rojo suntuoso
brille al contacto del
sol



                      *


huye el silencio
                        en el blanco de los colegiales
el silencio es la levita
                                 negra de los catequistas
el silencio es el alquitrán
                                      de los códigos
sobre el blanco audaz
                                  de los colegiales
que alegran los parques
                                     con sus portafolios



                     *



la mano cálida de una
                                  mujer
corresponde con precisión
                                          a las notas
                                          de un tango
derramadas
en el brumoso café de los hombres
                                                      solos
es el caso de inventar un bandoneón
                                                        ebrio
para cada hombre
                            abandonado



                             *



podés alcanzar los inventos
                                          más necesarios a la
vida
y opacarte
                 las entrañas en la conmiseración de los
espejos

elegí lo que querés
y suicidate
                 al final de la jornada



                                 *



ella espera
                 conseguirlo todo
                                           en alas de su
sangre
pero menstrúa
                       una vez
                                   al mes



                               *



en la magia del viento
podés escuchar lo que quieras
ausentate los días de lluvia
así la nostalgia
no te encontrará



                    *



cuidate de la ironía
como de las piedras del
camino
en tus pies descalzos
encendé la lámpara
                              de tu andar
es preferible ser defraudado
a vivir en el carozo
                              de un fruto amargo



                    *



en tu mano
la copa de vino
reverdece
a los ausentes
cumplí tu promesa
y no olvidés a
ninguno



                      *


entre todos los sentimientos
                                            hay uno seguro
el vino
           es la llave
                           secreta
                                       de la verdad



                    *


si ella te mira
                      tené cuidado
seguro que codicia
                                el tallo amargo
de tus huesos

pero si no te mira
                            para qué servís



                           *



nacés en la mano amiga
                                     de tu madre
y después partís
                          para no volver
                                                 nunca
                                                 nunca
sin embargo
                    la tierra
                                 siempre
                                              espera
evitá
       la esperanza
sos un
                            hombre
y al final
                  hay una espina
                                         envenenada



                            *


sucesos comunes de las mañanas:

asombro en los ojos de las niñas                                       
que comienzan
y codicia de la vida fugaz
en los ancianos



                           *


de pronto sorprendés
                                  en un descuido
                                                           la idea de tu
                                                                   muerte
adivinás
             por un instante
                                    la calidez de la
                                                   tierra
                                                           que te espera

y la odiás
de pronto sorprendés
                                  en un descuido
                                                           la idea de tu
                                                                   muerte
adivinás
             por un instante
                                    la calidez de la
                                                   tierra
                                                           que te espera

y la odiás


                                     *


hay una palabra que no debo emplear
                                                          jamás
es indudablemente la palabra
                                             fin



                           *


hay palabras
                    nuevas
                                en mis labios
                                                      cada día
es mi intención buscar
                                  el terciopelo negro
                                                      donde
                                                      apoyarlas
                                                      para que brillen



                                 *


desde el fondo oscuro de la ciudad
invoco
los maizales dorados de todos mis hermanos
 la mañana de júbilo
será
la de los ojos abiertos



                             *



no devores tu vida
en los muelles
embarcate
y procurá
               hundir
                         tu barco
                                      en medio del
océano



                              *



los huecos de la tarde se anudan     
                                       con los recuerdos del sol
parece que presagiaran la lluvia
                                       con gestos maquinales de amantes                        
                                                                               aburridos

y sabés
           yo te espero en esas tardes
para abrir la lluvia y el dolor de la tormenta
a la certeza inconfundible de la luz



                                  *


por si creés en la revancha
pensá
una sola vez
                    florece
                                 cada rosa
y una sola
                 abeja
                            es la primera



                         *


guardo en un cuarto cerrado
un péndulo violeta
que no quiero ver
yo sé que en la oscuridad
de ese cuarto
el péndulo oscila
en silencio
sin detenerse jamás
yo sé que su paso
incansable
pervierte mi sangre
aunque finja ignorarlo
y su bronce sin brillo
destella en mis ojos
y una tarde cercana
una tarde cualquiera
sin duda ni aliento
entre resortes vibrantes
y engranajes sonrientes
el péndulo violeta
cansado
marcará una hora
una hora sin nombre



                      *


y si no fuera verdad no importa
mi sangre desteñida por la luna
abrirá las puertas del infierno
al lecho de todas mis amantes



                       *



la tarde sorprende a los sauces
                                                  con pasos de duelo
mi perro es una mancha terrosa
                                                   perdida en la somnolencia
el ausente abominable se incorpora
                                                       furtivo

toda noche colmada
                                 es una traición
                                     una traición



                               *


ceniza en el viento
llegaste una mañana cualquiera
guardabas en tu inocencia
mansedumbre antigua para la vida
tus ojos vinieron más tarde
con una sonrisa a cuestas
y tus pestañas nubladas
encerraron mi condena
en su noche de sueños



                    *


merodeando el amanecer
el sol  no sale
hasta la traición



                  *


hoy
con la humildad necesaria de los mediados de semana
hoy
te pido perdón
por mis pecados
                          no cometidos
por mis buenas acciones
                                       espontáneas
te pido perdón
desgarro mis vestiduras
                                      de inocencia intranscendente
y me arrodillo ante ti
                                   como un escarabajo asustado
si me concedés tu perdón
prometo solemnemente
                                     almorzar un recién nacido
violar cinco vírgenes por la tarde
patear a un moribundo
y al atardecer
al atardecer
                  podría inclusive dedicarme
a la ceremonia
                       incestuosa
                                        de escribir
como un obediente ciudadano
hasta el fin de la próxima
                                        quincena



                           *


la estación abandonada
                                     abunda en lagartijas audaces
que no temen al hombre
                                      porque no le conocen
festín de gatos
                      en la hora lunar
que se persiguen
                            ahítos
                                     entre los rieles oxidados



                             *


a la ceñida estrella
                             a la azucena
a la impiedad segura
                                de la tormenta
a la indiferencia de los parques
                                bajo la lluvia
                                            inocente
comprendeme
                       compañera inevitable
te parecés
                como una moneda
                                             a otra moneda
pulida
              por las manos
                                    que te ambicionan



                         *


jugás con las caricias
instrumentos nocturnos
                                      para el consuelo
de los amantes
abreviá tu llanto
                          las horas se hicieron
para las cópulas ardiente
                                       y el cementerio



                         *


cuento con la complicidad
ardua
          de los ausentes
que callan
su tiniebla de luz
en las manos ajenas

después amanece



                       *


¿iguales a la mariposa
                                 tus sueños nocturnos?
apenas caracoles
                           que se arrastran
con su demencia
                             a cuestas



                         *


riachuelo
remanso de agua muerta
tembladeral
atrapás en tu asfalto inmóvil
reflejos de los barcos moribundos
la sombra oxidada del puente
y los ojos turbios
de los amantes
                        ahogándose
bajo tu piel
                         indiferente



                    *


y los gatos
si
acostumbrá tus ojos a la sombra
 los vas a ver danzando
por la noche
rodeando sus acoplamientos
con gritos sensuales
amarillos



                    *


qué me importa todo esto si no es mío
gozaría más una desgracia
que alterara mi sangre
en el curso mineral de las arterias

qué me importa todo esto
si es un freno


                      *



a la vista de tus ojos
profundos
como el deseo
negros  
rodeados de arrugas innecesarias
imagino tus caricias
en la ilusión de la noche
tal vez nuestra

es tan solo
contradanza
el reflejo
tus ojos lejanos
y la ternura
inocente
imposible



                    *


sos un sepulturero de
                                   palabras
lo que puedo decir en tu defensa
                                                   se refiere
                                                   esencialmente
                                                   al brillo
                                                               del mármol
                                                                  empleado



                       *


hay quien espera
                           todo
de afuera

y acierta

mientras tanto
yo duermo

                  ahíto de vino



                    *


las flores se abren 
                              en las noches calladas
y asumen la simplicidad
gratuita
                                        de la sombra
los gatos
              expectantes
cierran sus ojos amarillos
deslumbrados por
                            el color
                                         naciente



                         *


no temás a la
                         primavera
es tan fugaz
                      como la muerte
pero
         más bella



                           *


no recordás los días de tu infancia
sabés
          -te dijeron-
                            que existieron
aunque
                 ¿fueron tuyos?



del poemario  AIRE AUSENTE  de  Jorge A.Mirarchi